En este comienzo de año queremos compartir algo que no solo nos emociona, sino que también representa una señal concreta de cambio, visibilidad y orgullo para quienes trabajamos en salud con perspectiva de derechos.

Nuestra querida directora médica, Natalia Riquelme, compartió públicamente su tránsito de género, un proceso profundo, valiente y luminoso que viene gestando desde hace años, y que hoy abraza con autenticidad.
Natalia es médica, salubrista, referente en salud digital y también, una mujer trans. A través de sus palabras, publicadas en redes sociales en los primeros días de enero, nos invita a mirar con ternura el camino recorrido, desde sus primeras preguntas sobre identidad, hasta la decisión de mostrarse como se siente por dentro.
“Soy una chica trans ✨ y mi nombre es Natalia, aunque me dicen Nati 🌙”, comienza uno de sus mensajes más compartidos. En él agradece el acompañamiento amoroso de su entorno cercano, así como el proceso de autodescubrimiento que vivió desde Japón junto a Verónica Iturra, cofundadora del proyecto Divergencia.
En sus publicaciones, Natalia relata también los años de incomodidad silenciosa, los momentos de duda, el miedo, pero sobre todo, la paz de reconocerse en el espejo y saberse habitada por sí misma. “Me gusta mirarme, me hace sentido y me permite habitarme”, escribe con emoción.
💜 Desde Divergencia Salud queremos decirlo con claridad:
Nos llena de orgullo contar con una de las primeras —si no la primera— directoras médicas trans de un centro de salud en Chile. Su testimonio es ejemplo de valentía y coherencia, y fortalece nuestro compromiso con una atención verdaderamente inclusiva, humana y sin tabúes.
🌈 Que este nuevo año nos encuentre defendiendo espacios seguros, reconociendo historias reales y celebrando la diversidad que nos enriquece.
📝 Texto basado en publicaciones personales de Natalia Riquelme (@natiriquelmeg).